viernes, 30 de mayo de 2014

El Rey Fernando III, el Santo y la Catedral de Córdoba

        Hoy celebramos el día de Fernado III, el Santo, hijo del rey Alfonso IX y primo hermano del rey San Luis de Francia. Fue un verdadero modelo de gobernante, de creyente, de padre, esposo y amigo. San Fernando protegió mucho a las comunidades religiosas y se esforzó porque los soldados de su ejército recibieran educación en la fe. Instauró el castellano como idioma oficial de la nación y se esmeró para que en su corte se le diera importancia a la música y al buen hablar literario.
 
        Propagaba por todas partes la devoción a la Santísima Virgen y en las batallas llevaba siempre junto a él una imagen de Nuestra Señora. Y le hacía construir capillas en acción de gracias, después de sus inmensas victorias. Este gran guerrero logró liberar de la esclavitud y reconquistar las ciudades de: Ubeda, Córdoba, Murcia, Jaén, Cádiz y Sevilla.
 
        Fue canonizado en 1671 por el Papa Clemente X.
 
------------------ * ------------------
        Los emires Alhamar de Sevilla, Zayan de Valencia y Mahfuz de Niebla se habían declarado reinos independientes al Califato de Córdoba, por lo que el Emir de Córdoba firmó en 1235 una tregua de un año con Fernando III. Para esto, el emir debió pagar 430.000 maravedíes. Ese año muere Doña Beatriz de Suavia y Fernando se traslada al Norte. El emir decide no pagar lo pactado y cristianos de los consejos fronterizos dirigidos por el segoviano Domingo Muñoz toman los arrabales de Córdoba y se hacen fuertes. Además, unos desertores informaron a los cristianos de que la ciudad estaba desguarecida y sería muy fácil llegar a la ajarquía, cosa que hizo un pequeño grupo de soldados. Esto sucede en enero de 1236 y el rey, al informarse, junta fuerzas de León, de Salamanca, de Zamora y de Toro y de las Órdenes Militares y marcha hacia Córdoba. Jaime I de Aragón estaba acechando Valencia, y Aben Hud prefirió retirarse a Almería e ir a proteger esa plaza con sus barcos, dando Córdoba por perdida. Córdoba, abandonada por su emir y desalentada por el asedio, capituló el 29 de junio de 1236. El rey dejará como gobernador de la ciudad a Don Alfonso Téllez de Meneses y como gobernador militar a don Alvar Pérez de Castro.
 
        Reconquistada la ciudad de Córdoba por Fernando III el Santo, el monarca dispuso que en la festividad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo del año 1236, la hasta entonces mezquita, y anterior Basílica de San Vicente, fuera dedicada a Santa María Madre de Dios y consagrada aquel mismo día por el Obispo de Osma don Juan Domínguez, en ausencia del  Arzobispo de Toledo Don Rodrigo Jiménez de Rada, asistido por los Obispos de Cuenca, Baeza, Plasencia y Coria.

""En el año 1236,
pasa una nueva página
el libro de la historia:
tras más de cinco siglos,
se alza de nuevo, en este lugar,
la cruz de Cristo""
        La ceremonia de trazar con el báculo sobre una faja de ceniza extendida en el pavimento en forma de cruz diagonal las letras de los alfabetos griego y latino fue la expresión litúrgica y canónica de la toma de posesión por parte de la Iglesia. Aún siendo el protagonista de la reconquista de la ciudad, San Fernando sólo recibió, por concesión del Papa Gregorio IX, el derecho de presentación de cuatro prebendas en la futura Catedral.
 
 
 
        A la actual Catedral de Córdoba precedió en el tiempo la basílica de San Vicente mártir, aún visible en alguno de sus elementos, levantada a mitad del siglo VI cuando comenzaron a expandirse por Hispania y el reino de los Francos las religias del martir. Su proximidad al palacio de Rodrigo, gobernador visigodo de la ciudad, y la amplitud del perímetro ocupado permiten sospechar que pudo ser el principal templo de la diócesis y la domus episcopi.

        El culto cristiano pervivió en aquella basílica o en parte de ella hasta el año 714, en que se expropia la mitad del conjunto, y el 786 cuando el emir Abd al-Rahmán I procedió al derribo de toda la construcción cristiana para levantar la antigua Mezquita de Córdoba.
 
 
Fuentes:
catedraldecordoba.es
Catholic.net
Wikipedia
 

miércoles, 28 de mayo de 2014

«He ahí a tu madre»

Catequésis Mariana de San Juan Pablo II
Durante la audiencia general del miércoles 7 de mayo de 1997



 
 
1. Jesús, después de haber confiado el discípulo Juan a María con las palabras: "Mujer, he ahí a tu hijo", desde lo alto de la cruz se dirige al discípulo amado, diciéndole: "He ahí a tu madre" (Jn 19, 26-27). Con esta expresión, revela a María la cumbre de su maternidad: en cuanto madre del Salvador, también es la madre de los redimidos, de todos los miembros del Cuerpo místico de su Hijo.

La Virgen acoge en silencio la elevación a este grado máximo de su maternidad de gracia, habiendo dado ya una respuesta de fe con su "sí" en la Anunciación.

Jesús no sólo recomienda a Juan que cuide con particular amor de María; también se la confía, para que la reconozca como su propia madre.

Durante la última cena, "el discípulo a quien Jesús amaba" escuchó el mandamiento del Maestro: "Que os améis los unos a los otros como yo os he amado" (Jn 15, 12) y, recostando su cabeza en el pecho del Señor, recibió de él un signo singular de amor. Esas experiencias lo prepararon para percibir mejor en las palabras de Jesús la invitación a acoger a la mujer que le fue dada como madre y a amarla como él con afecto filial.

Ojalá que todos descubran en las palabras de Jesús: "He ahí a tu madre", la invitación a aceptar a María como madre, respondiendo como verdaderos hijos a su amor materno.

2. A la luz de esta consigna al discípulo amado, se puede comprender el sentido auténtico del culto mariano en la comunidad eclesial, pues ese culto sitúa a los cristianos en la relación filial de Jesús con su Madre, permitiéndoles crecer en la intimidad con ambos.

El culto que la Iglesia rinde a la Virgen no es sólo fruto de una iniciativa espontánea de los creyentes ante el valor excepcional de su persona y la importancia de su papel en la obra de la salvación; se funda en la voluntad de Cristo.

Las palabras: "He ahí a tu madre" expresan la intención de Jesús de suscitar en sus discípulos una actitud de amor y confianza en María, impulsándolos a reconocer en ella a su madre, la madre de todo creyente.

En la escuela de la Virgen, los discípulos aprenden, como Juan, a conocer profundamente al Señor y a entablar una íntima y perseverante relación de amor con él. Descubren, además, la alegría de confiar en el amor materno de María, viviendo como hijos afectuosos y dóciles.

La historia de la piedad cristiana enseña que María es el camino que lleva a Cristo y que la devoción filial dirigida a ella no quita nada a la intimidad con Jesús; por el contrario, la acrecienta y la lleva a altísimos niveles de perfección.

Los innumerables santuarios marianos esparcidos por el mundo testimonian las maravillas que realiza la gracia por intercesión de María, Madre del Señor y Madre nuestra.

Al recurrir a ella, atraídos por su ternura, también los hombres y las mujeres de nuestro tiempo encuentran a Jesús, Salvador y Señor de su vida.

Sobre todo los pobres, probados en lo más íntimo, en los afectos y en los bienes, encontrando refugio y paz en la Madre de Dios, descubren que la verdadera riqueza consiste para todos en la gracia de la conversión y del seguimiento de Cristo.

3. El texto evangélico, siguiendo el original griego, prosigue: "Y desde aquella hora el discípulo la acogió entre sus bienes" (Jn 19, 27), subrayando así la adhesión pronta y generosa de Juan a las palabras de Jesús, e informándonos sobre la actitud que mantuvo durante toda su vida como fiel custodio e hijo dócil de la Virgen.

La hora de la acogida es la del cumplimiento de la obra de salvación. Precisamente en ese contexto, comienza la maternidad espiritual de María y la primera manifestación del nuevo vínculo entre ella y los discípulos del Señor.

Juan acogió a María "entre sus bienes". Esta expresión, más bien genérica, pone de manifiesto su iniciativa, llena de respeto y amor, no sólo de acoger a María en su casa, sino sobre todo de vivir la vida espiritual en comunión con ella.

En efecto, la expresión griega, traducida al pie de la letra "entre sus bienes", no se refiere a los bienes materiales, dado que Juan -como observa san Agustín (In Ioan. Evang. tract., 119, 3)- "no poseía nada propio", sino a los bienes espirituales o dones recibidos de Cristo: la gracia (Jn 1, 16), la Palabra (Jn 12, 48; 17, 8), el Espíritu (Jn 7, 39; 14, 17), la Eucaristía (Jn 6, 32-58)... Entre estos dones, que recibió por el hecho de ser amado por Jesús, el discípulo acoge a María como madre, entablando con ella una profunda comunión de vida (cf. Redemptoris Mater, 45, nota 130).

Ojalá que todo cristiano, a ejemplo del discípulo amado, "acoja a María en su casa" y le deje espacio en su vida diaria, reconociendo su misión providencial en el camino de la salvación.

Autor: Juan Pablo II | Fuente: Catholic.net

 

sábado, 17 de mayo de 2014

Hoy, última noche de nuestra barra solidaria

La Campaña de Misiones Consolación 2014 ha comenzado en toda la Familia Consolación de la que, por supuesto, también formamos parte nuestra hermandad.

Bajo el lema “A ti te digo Construye”, la hermanas de la Consolación se han puesto manos a la obra para intentar con el esfuerzo de todos aportar nuestro granito de arena para ayudar en la construcción de una Guardería en Inhambane (Mozambique). Los alumnos son 260 niños entre 3 y 6 años que actualmente reciben sus clases en chozas muy endebles y por todo asiento tienen unas esterillas en donde intentan aprender a leer y a escribir sus primeras letras. Hay entre 50 y 60 niños y niñas por clase; tenemos tarea de construcción, así es que manos a la obra.

Ayudemos todos a llevar a cabo esta misión! 

Esta noche, a partir de las 20:30 te esperamos en nuestra barra solidaria, el mejor sitio para hacer un descanso y reponer fuerzas mientras se visitan los patios.





martes, 13 de mayo de 2014

Misiones Consolación 2014. Tómbola misionera y Barra solidaria.

Queridos hermanos y amigos,
 
nos complace informaros que nuestra hermandad colaborará en los actos que, desde hoy hasta el domingo 18, nuestras Hermanas de la Consolación organizan para recaudar fondos para  "Misiones Consolación 2014".
 
Desde la hermandad, animamos a todos nuestros hermanos y devotos a participar y colaborar con esta noble causa. No olvidéis pasaros tanto por la tómbola solidaria donde podréis ganar muchos premios, así como por la barra solidaria que se instalará en el patio de la Inmaculada el viernes 16 y el sábado 17 tras la misa de 19:30.
 
Esperando compartir estos días momentos de gozo para todos los que componemos esta hermandad, recibe un cordial saludo en nuestros sagrados titulares.
 
 




13 de mayo: La Virgen de Fátima y San Juan Pablo II

FATIMA, 12 May. 00 (ACI).- Al recorrer el Pontificado de Juan Pablo II, resulta evidente -y el mismo Santo Padre así lo ha indicado- la presencia maternal de la Virgen de Fátima. Esta historia de amor filial comienza el 13 de mayo de 1981. Juan Pablo II tenía poco más de dos años como Pontífice y ese mismo día, salvaba de morir en un atentado perpetrado por el turco Alí Agca en la Plaza San Pedro. "Cuando fui alcanzado por la bala no me di cuenta en un primer momento que era el aniversario del día en que la Virgen se aparecía a tres niños en Fatima", revelaba poco después el Pontífice y agrega que fue su secretario personal quien lo anota después de la operación en la que le extrajeron un proyectil del intestino.
 
Durante su convalecencia, el Papa pidió que le entreguen un informe sobre las apariciones de Fátima, que estudió en detalle hasta llegar a la conclusión que debía su vida a la amorosa intercesión de la Virgen. Un añoo después del atentado, el 13 de mayo de 1982, Juan Pablo II viaja por primera vez a Fátima para "agradecer a la Virgen su intervención para la salvación de mi vida y el restablecimiento de mi salud".
 
En diciembre de 1983, el Papa visita en la cárcel al hombre que intentó matarlo. El mismo Alí Agca habla de Fátima. "¿Por qué no murió? Yo sé que apunté el arma como debí y sé que la bala era devastante y mortal. ¿Por qué entonces no murió? ¿Por qué todos hablan de Fátima?"
 
Un año más tarde, Juan Pablo II formalizaba su devoción y agradecimiento a la Virgen donando al santuario de Fátima la bala que le extrajeron, la misma que desde 1984 está engarzada en la aureola de la corona de la imagen mariana que preside el santuario.
 
 

viernes, 9 de mayo de 2014

Bendición del nuevo retablo cerámico.

Estimads hermanos y amigos:
 
Hoy viernes, al término de la misa con la que celebraremos el 49 aniversario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Dolores (20 horas) se procederá a la bendición del azulejo de nuestra titular que presidirá las dependencias construidas en la plaza de Capuchinos.
 
Este retablo cerámico ha sido diseñado por Javier Sánchez de los Reyes, pintado por el ceramista Ángel Lora y sufragado por los devotos y hermanos de la cofradía en una cuestación que aún se encuentra abierta para que todo el que desee participar pueda hacerlo.
 
Esperando compartir el viernes este momento de gozo para todos los que componemos esta hermandad, recibe un cordial saludo en nuestros sagrados titulares.

jueves, 1 de mayo de 2014

Cruz de Mayo: agradecimiento a nuestros hermanos y a la Hdad. del Vía Crucis


     Estimados hermanos en Cristo y María Santísima,

     Queremos dar las gracias desde aquí a todos aquellos hermanos de nuestra cofradía, que han ayudado y colaborado; con su trabajo, esfuerzo y asistencia; a que la cruz de mayo de nuestros hermanos del Vía Crucis haya sido un verdadero foco de convivencia fraternal, que seguro va a seguir siéndolo durante estas fiestas.

     - "Ingrato es el que no reconoce el beneficio recibido, ingrato el que no lo restituye, pero el más ingrato de todos es quien los olvida" (Séneca) - Nuestra hermandad no quiere, ni puede, ni debe olvidar el gesto cristiano y solidario de la hermandad del Vía Crucis, así como el trato cordialísimo, exquisito y ejemplar de sus hermanos en la tarde noche de ayer, trato que siempre nos han dispensado.

     La hermandad os da las gracias, pero estamos seguros de que Cristo y la Santísima Vírgen son los que verdaderamente os lo premian.

     Gracias de todo corazón,

por la Hermandad
Juan José Jurado Jurado
hermano mayor